¿Cómo me encontró la homeopatía?

¿Funciona la Homeopatía?

Me llamo Susana García, este es mi nombre y apellido real, y cuanto vas a leer es lo que me pasó a mí. Soy licenciada en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, las asignaturas que más me cautivaron fueron las que tenían que ver con medicina, como anatomía, fisiología, traumatología…y siempre me gustó cuidar de mi salud, evitando tomar medicamentos por la mínima dolencia. Vengo de una familia muy escéptica, y yo no iba a ser menos. Me gustaban las revistas de salud, pero la homeopatía me causaba antipatía, no sé por qué, pero sentía rechazo, siempre me saltaba los artículos sobre ella.

Cuando me hice madre muchas cosas cambiaron, a parte de las obvias, también cambió mi forma de manejar la enfermedad. Normalmente dejaba que el cuerpo resolviera por sí mismo, apoyándome de la alimentación y descanso. Pero cuando tienes un bebé llorando por dolor o malestar, solo quieres aliviarle lo más rápido posible,  y así empecé a llenar mi armario con medicamentos para el bebé. Hasta ahí todo controlado. Todo me iba funcionando. Pero cuando llegamos a la dentición, eso fue otro cantar.

Cada vez que le salía un diente, a parte del exceso de babas que tocan, se le agrietaba la piel alrededor de la boca y el trasero hasta sangrar, estaba de humor irritado, lloraba por todo, le daba diarrea y también se resfriaba con unos mocos horribles. Vamos todo un cuadro. Así que crema con corticoides, apiretal, limpieza continua  de mocos y todo el día en brazos. Yo veía que a otros niños no le pasaba lo mismo, pero la pediatra en aquel momento lo asoció todo a la dentición, así que solo podía paliar si aparecía pero no hay un tratamiento específico para la dentición más allá de los mordedores fríos.

¿Y que solemos hacer las madres sobre todo si somos primerizas? ¿Hablar con todo el mundo de los problemas y los logros de nuestros bebés? Pues claro, siempre que podemos.

Fue así como me recomendaron un medicamento homeopático muy popular para la dentición y sus trastornos. No tenía nada que perder, ya le estaba dando medicina más pesada. No tenía expectativa de que fuera a funcionar la homeopatía, pero total si lo peor que podía pasar era que no pasara nada, así que probé.

homeopatía para niños
Homeopatía para niños

¡Con sólo una dosis! el efecto fue inmediato en su humor, dejó de estar lloroso e irritable, y la diarrea no apareció esa vez, ni los mocos, ni las erupciones que sangraban. Si seguía babeando, pero se arreglaba con un babero. No daba crédito, volvía el remanso de paz y alegría, aunque estuviera con la dentición. No me quedó más remedio que reconocer que la homeopatía funciona. Esto me llevó a querer saber más, a probar con otras dolencias, jamás me ha defraudado, con todo lo que estaba por venir, como dolores de oído, conjuntivitis, cistitis, resfriados y gripes, por poner algunos ejemplos.

La homeopatía me encontró para quedarse y me siento profundamente agradecida a ella. Es por esto que comienzo este blog sobre ella, para contrarrestar tanta calumnia y para dar voz también a aquellas personas que quieran compartir sus experiencias con la homeopatía, que puedan preguntar si la homeopatía les ayudará según que dolencia o cualquier comentario relacionado. Pretendo dar información veraz y contrastada. Es importante para nuestra salud saber ¿cómo funcionamos? ¿Cómo mejoramos nuestros sistema inmune o como lo destruimos?

¡Anímate a dejar tus comentarios y cuéntame tu primera experiencia si ya la has tenido!

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